METRICOOL

domingo, 9 de julio de 2023

REFLEJOS





Y ver en el espejo nuestros cuerpos desnudos reflejados, y en tu rostro esa sonrisa oculta, esa mirada traviesa, cuando me sientes tras de ti, es lo que más excitación me provoca, pues intuyo que te gusta sentir mis labios en contacto con tus labios más sensibles, que disfrutas sintiendo mi lengua arrastrándose arrogante por tus rincones más ocultos, que deseas, cuando elevas tus caderas, que te colme plena con mi masculinidad rabiosamente erecta.

Y mientras me sientes invadiéndote, a la vez que gimoteas placenteramente tu mirada pícara brilla y se refleja como luna llena sobre el mar, pidiéndome silente que empuje con brío hasta desbordarte de placer.


 

sábado, 8 de julio de 2023

GENTLEMAN





Un caballero es, simplemente, un lobo paciente. ¿Será verdad?

 

viernes, 7 de julio de 2023

DÍA DE JUEGO





Día de descanso, día de placer. Voluntaria entrega. Que comience el juego!!!

 

jueves, 6 de julio de 2023

AGOTADO



Agotado tras una larguísima jornada, por fin, llegué a mi casa. Habían pasado más de diez horas desde que había salido por la mañana temprano. Según cerré la puerta de la entrada, dejé mi cartera en mi pequeño despacho y, camino del dormitorio, fui quitándome la chaqueta, la corbata, el cinturón y los zapatos, dejando la ropa colgada de sus perchas y los zapatos recogidos, como siempre hago. Estaba realmente agotado, desde que aparqué en el garaje, mi mente solo pensaba en una larga y reconfortante ducha, imagen en la que me recreé los segundos que el ascensor tardó en subirme al ático donde vivo y, tal era el cansancio, que con solo liberarme de la corbata y los zapatos sentí tal alivio, que me fui directamente a la ducha.

El agua templada comenzó a caer en forma de fina lluvia e inmediatamente, y con los ojos cerrados, me puse bajo ella. ¡Qué sensación tan agradable! Pensé, disfrutando del líquido elemento, hasta que, al alargar mi mano hacia el dispensador de gel, abrí los ojos y me percaté de que no había terminado de desnudarme. Una amplia sonrisa se dibujó en mi rostro y, lejos de disgustarme, continué disfrutando de esa ducha.

Comencé a desabotonar mi blanca camisa, completamente pegada a mi piel, mientras acariciaba mi pecho, hasta librarme de ella. Me quité los pantalones y los calcetines, totalmente empapados, y con la sensación de humedad en mi bajo vientre apreté con medida fuerza los atributos que mi bóxer protegía, produciéndome un intenso y efímero placer, aunque suficiente para despertar mi deseo.

Los arrastré por mis muslos y aparté en un rincón de la ducha con el resto de la ropa, rozando mi sexo el algodón mojado, provocándome un excitante placer al tiempo que mi masculinidad adquiría cierta turgencia.

En ese instante recordé la noche que, llegando, como hoy, cansado a casa, y ya estando desnudo en la ducha, bajo el agua, apareciste en el baño como una diosa providencial, desnuda y bella, y te metiste conmigo, bajo el agua, abrazándome por la espalda. Sentir tus pechos aplastados contra mi espalda me produjo un cálido placer, a la par que una adolescente erección, que no pasó desapercibida para ti, cuando en tus manos, que rodeaban mi cuerpo, sentiste el tintineo de las palpitaciones de mi miembro enervado. Con delicadeza extrema abriste tus manos para asir con delicadeza mi falo mientras con la otra mano sopesaste mis testículos, y un gemido, largo e inspirador, salió por mi boca, mientras mis caderas comenzaban a moverse instintivamente.

Pasé mis manos hacia atrás, y alcanzando tu piel, te atraje hacia mí más todavía, para seguidamente deslizar mi brazo derecho entre nuestros cuerpos hasta alcanzar, con las yemas de mis dedos, los rizos de tu pubis, que acaricié con mimo tal como tú hacías conmigo. Separaste tus muslos y alargué mi mano que empujé todo lo que pude, hasta tenerte prisionera en la palma de mi mano, haciéndote elevar de puntillas al sentir tu sexo indefenso y provocado.

Me zafé de ti e invertimos los papeles, quedando ahora tú delante de mí, cara la pared, en la que apoyaste tus manos elevándolas por encima de tu cabeza. Te abracé, y subí con mis manos por tus caderas, tus costados, hasta sentir las redondeces de tus pechos, que acuné en mis manos, a la vez que mi pubis se frotaba contra tus nalgas, buscando con mi verga el hueco entre tus muslos. Pincé con las yemas de mis dedos tus pezones, de los que tiré hacia adelante, hasta que resbalaron de entre mis dedos y volvieron bamboleándose a su sitio, mientras te mordía en la nuca y comenzabas a respirar agitadamente. Separaste más tus muslos, arqueaste tus caderas, dejando tu trasero en una posición de ofrecimiento irrechazable y busqué tu entrada, topeteando contra ti, frotando con mi glande tu vulva, una y otra vez, mientras el agua seguía cayendo sobre nosotros. Ayudándome con mi mano, localicé la entrada de tu túnel y con un leve empujoncito deslicé mi glande en tu interior, robándote un gruñidito de placer. Me quedé quieto, disfrutando de como tu coño se contraía y relajaba sobre mí, oprimiéndome y liberándome, pero tus demonios se habían desatado y comenzaste a mover el culo como una posesa, provocando que, a cada giro, a cada vaivén, mi verga fuera introduciéndose en tu cuerpo cada vez más adentro, hasta que mis huevos, hinchados y pesados, cargados de mi esencia, quedaron en la linde de tu coño, pegados a tus labios vaginales, momento en el que embestí un poco más adentro de ti, casi haciéndote perder el equilibrio, exhalando un excitante grito.

Pasé una mano bajo tu ombligo y rápidamente encontré tu clítoris, que sobresalía hinchado, injustamente olvidado en esta fiesta, así que, apoyando sobre él mis dedos alineados y juntos, comencé a moverlos de izquierda a derecha, sintiendo como resbalaba y saltaba de dedo en dedo, completamente lubricado por esa excitante mezcla de tus flujos con el agua de la ducha, mientras nuestras caderas ejecutaban con absoluta perfección el rito del más primitivo apareamiento, acompasando ritmos y embestidas. La sensación del agua, mezclada con tus fluidos, resbalando por mis huevos, nublaba mi raciocinio, y cada vez empujaba con más fuerza, provocando que de tus nalgas salieran rítmicamente los excitantes sonidos de un inspirador chapoteo.

Tus gemidos aumentaron y se convirtieron en libidinosos jadeos, que interpreté como de placer extremo, así que aumenté la velocidad y la intensidad con la que frotaba tu clítoris, con la que te follaba desde atrás, con la que mis huevos golpeaban tu cuerpo, con la que mordía tus hombros y tu nuca, dejando mis dientes marcados en tu piel, hasta que, a la par que gritabas sofocada, cerrabas con fuerza tus rodillas, encogiéndote sobre ti misma, regando mis huevos con una suerte de cálido líquido que propulsaste de tu coño y resbalaba por tus muslos, mientras tus contracciones ordeñaban mi polla, que vaciaba mis testículos dentro de tu cuerpo.

Sujeté tu cuerpo con un fuerte abrazo, ayudándote a equilibrarte de nuevo, todavía conmigo en tu interior. Quedamos inmóviles y comenzamos a recuperar el aliento mientras sentía como todavía palpitabas sobre mi pene, que poco a poco, iba resbalando de tu interior. Ya libres, nos pusimos frente a frente, nos miramos a los ojos, que transmitían felicidad y, nos fundimos en un sincero abrazo acompañado de un apasionado beso.

En ese instante recuperé la consciencia, abrí los ojos bajo el agua y me vi con la verga erecta en mi mano y los restos de una recientísima eyaculación siendo arrastrados hacia el desagüe de la ducha.

Recordarte me hizo volver a disfrutarte.

Echo de menos volver a ducharme contigo ¿Tú no?

 


 

miércoles, 5 de julio de 2023

CAMA




Me dijiste que venías, que fuera preparando todo. Lo hice. Los dos tenemos muchísimas ganas, y no de dormir. Solo faltas tú. ¿Tardarás en llegar?

 

martes, 4 de julio de 2023

PALABRAS SABIAS




Sabias palabras, bella cita, sinergia creada entre nosotros que nos hará sentirnos plenos, entregados, satisfechos y realizados.

Del mismo modo que hay pequeñas molestias que resultan insufribles, hay inmensos placeres que nunca son excesivos. ¿No lo crees así?

lunes, 3 de julio de 2023

COMIENZO DE SEMANA



Algunas mañanas de lunes me mantienen amarrado a la cama con una inmensa pereza. Otras, en cambio, amanezco pletórico, vigoroso, activo, excitado. ¿La razón? No la sé, más mi cuerpo despierta sensible, reaccionando al más mínimo estímulo. Somnoliento todavía, disfruto de una dulce y agradable sensación. Percibo esa rigidez bajo mi ombligo, que aumenta al contacto con las sábanas. Te recuerdo vagamente y tu aroma viene a mi nariz, tu calor a mi cuerpo, el sabor de tu piel a mi boca y tu humedad a la punta del ariete que, enredado entre las telas, despertó antes que yo.

Y mis caderas comienzan ese vaivén buscando tu cuerpo que se dibuja en mi mente. Y mi cuerpo se altera más. Y el placer aumenta, llevándome a un estado casi tántrico. Y despierto, pensando que todo ha sido un sueño, hasta que siento mi sexo salvaje. Incrédulo, llevo mi mano a mi pubis y me acaricio. Doblo las rodillas apoyando los pies sobre el colchón. Separando los muslos, aparto la ropa de cama y siento mis masculinos atributos colgando pesados e hinchados, acariciados ahora por una brisa de aire fresco que, lejos de amainar mis deseos, los potencia. Y sigo con sutiles roces y caricias, mientras el dedo índice de mi mano izquierda recorre mis ingles, mi perineo, circunvala mi escroto, que se estremece, y me hace elevar mis caderas, y aumento el ritmo, y mi respiración se agita. Sigo con fuerza mientras acaricio mi abdomen, hasta pellizcar mis pequeños pezones. Me enervo, me tenso, me arqueo, me agito, aprieto con fuerza mis huevos y mi pequeño volcán entra en erupción, lanzando borbotones de blanca lava que caen sobre mi vientre.

Inspiro profundamente, recupero el aliento, tu imagen se desvanece de mi cabeza y quedo sobre la cama, yaciendo satisfecho, mientras mi corazón se recupera, mientras mi sexo vuelve a su estado de reposo después de vaciarme del néctar acumulado.

Hay mañanas de lunes en las que hubiera preferido amanecer contigo.


 

domingo, 2 de julio de 2023

CONSTIPADOS O ALERGIAS




 

Siento haberte molestado.

Oh, no, está bien.

Estornudar es perfectamente normal, pero… ese… estremecimiento es un poco inusual.

Sí, lo sé. Tengo una condición extremadamente rara, cada vez que estornudo tengo un orgasmo.

Bueno, eso es extraordinario, nunca he oído hablar de eso.

¿Qué tomas para eso?

Pimienta.

 

Con estos cambios de tiempo y metidos en plena primavera, es normal que terminemos constipados o sufriendo las consecuencias de alguna ligera alergia, que nos tendrá estornudando permanentemente, incómodamente, o no. Para algunos será un engorro, sin embargo, hay quien disfruta de esos estornudos por las especiales sensaciones que ellos provocan en su cuerpo. Disfrutemos de ellos. ¿Estornudamos juntos?, tengo pimienta.

sábado, 1 de julio de 2023

DÍA LLUVIOSO



Días lluviosos que invitan a, simplemente, dejar pasar el tiempo. Invitan a emular el agua de la lluvia y a darse una ducha templada, con los ojos cerrados, concentrado en como las gotas resbalan por mi piel y se deslizan por todos los rincones de mi anatomía. Inspirando profundamente y, acaso, gimiendo con timidez, cuando siento el agua en mi más sensible piel. Días que invitan a, después de secarme frente al espejo, ponerme esa cómoda camiseta, sin nada más, y mirar el ventanal en el que la lluvia resbala, dibujando senderos que son recorridos gota tras gota. Días que invitan a recordarte en tardes así, tumbada en el sofá con tu camiseta blanca y tus braguitas como únicas prendas. E inspiro de nuevo y recuerdo el aroma de tu piel cuando mordisqueaba tu cuello, y cómo me lo ofrecías girando la cabeza de un lado a otro mientras, hábilmente, deslizabas una mano entre mis muslos buscando tu trofeo. Y como buceabas bajo mi camiseta, la misma que hoy visto, ávida por palpar cada centímetro de mi cuerpo. Y en estos días, con tus recuerdos, mi cuerpo reacciona y me torno carnal. Y el deseo que habita en mí, disciplinado y contenido, se revela salvaje e impertinente, haciendo que mi masculinidad cobre vida, que mi falo se yerga y descubra, rozando el algodón de la prenda, y que esa suave brisa recorra mis ingles, sofocando el calor de mis testículos, que cuelgan pesados y cargados. Y me abandono, tumbado en el sofá donde tantas tardes lluviosas me cabalgaste, al más egoísta onanismo. Agarro mi sexo y lo muevo sin prisa, frotando la punta y bajando por el tronco hasta golpear mi escroto, tal y como hacías mientras nos besábamos. Y aumento el ritmo, imitando los movimientos de tu mano, que seguían el ritmo de las yemas de mis dedos en tu entrepierna. Y elevo mis caderas, y arqueo mi espalda, y jadeo sofocado, y agarro mis huevos, y los aprieto como queriendo sacar todo su jugo, y comienzo a lanzar espasmódicamente chorros de semen sobre mi torso. Y recupero el aliento, la flacidez vuelve a mi entrepierna, mientras las últimas gotas escurren de mi interior y recuerdo tu rostro sonriendo por haber conseguido tu objetivo. La camiseta manchada me hace levantar. Lavadora, ducha de nuevo, y el agua que todavía resbala por los cristales del ventanal.

Me hubiera gustado tenerte aquí, y a ti, ¿te hubiera gustado estar?


 

viernes, 30 de junio de 2023

EXTRAÑA SUMA



Y a la vuelta del puente dudo de si recuerdo los más básicos conocimientos matemáticos. Mi mente confunde disciplinas académicas y lúdicas y, ante la más infantil suma, mi cabeza titubea. Pestañeo, inspiro con los ojos cerrados y al pensar en ese “uno más uno”, la imagen que mi cerebro recrea no es la del inocente “patito” sino la de la lasciva pareja, yaciendo invertidos, devorándose simultáneamente la entrepierna. Frunzo el ceño, intentando buscar la nitidez que me falta, y solo oigo suspiros y gemidos, y mi boca se seca, y mi lengua humedece mis labios, y un rumor acuático pervierte mi ser. Los suspiros se convierten en jadeos, y mis labios se enjugan con la esencia de tu manantial. Y de mi sexo brotan perlas traslúcidas que son devoradas por tu lengua ansiosa. Acompasamos los ritmos, sincronizamos las lenguas y nos estremecemos cadenciosamente mientras compartimos néctares que saboreamos con inusitado placer. Y recobro la cordura perdida y sigo dudando. Y tú... ¿Ya has elegido qué casilla marcar?


 

LA TÉNUE LUZ DEL ALBA

La ténue luz del alba se colaba entre las cortinas reflejando bellas sombras sobre nuestros cuerpos desnudos. Todavía dormías, como un áng...