METRICOOL

miércoles, 11 de enero de 2023

HO..., HO..., HO...


Como todos años por estas fechas, ya he leído las cartas que, niños y mayores, me envían y en las que me manifiestan los regalos que les gustarían recibir. Miramos con distancia los tiempos pasados, y ponemos la vista en el horizonte del nuevo año que estamos a punto de estrenar. Pero no me pondré melodramático, son fechas de celebraciones, de reencuentros, de festejar la amistad y estrechar lazos con los más próximos.



Y retomando el tema de los regalos que, al fin y al cabo, es lo que me hace abandonar por unas horas mi Laponia natal, para poder repartirlos por los hogares de todos los ilusionados mortales, os haré una confidencia sobre una carta que recibí este año. Una carta especial.

Antes de leerla confesaré que me dispuse a ello con mi inocente mente en modo infantil, pero en cuestión de segundos mi actitud cambió, mi temperatura corporal subió, mi sexo se excitó y mi cándido pensamiento tornó en un oscuro y lascivo deseo.

“Querido Santa, este año he sido una buena chica” comenzaba la carta, para continuar con “creo que me merezco unos regalos singulares, especiales, que me reconforten y me gratifiquen, que me ilusionen y me satisfagan, que apaguen o aviven las brasas que guardo entre mis muslos”. Irremediablemente, fue leer la presentación y me dispuse ojiplático a leer con más atención todavía.

“Me gustaría que me trajeras unas esposas, pero no unas de esas forradas de peluche, no, yo quiero unas metálicas, como las de verdad, para que me las pongas e inmovilices mis manos, para que me engrilletes al cabecero de la cama con ellas, para que me hagas retorcerme de placer y no pueda liberar mi excitación por mí misma, teniendo que contenerla hasta que quieras facilitarme el clímax.

También me gustaría que me trajeras un antifaz, de cuero negro, pero no de esos para enmascarar el rostro, no, yo quiero uno de los que te privan de la vista, para que, cuando me pongas las esposas solo pueda oler tu cuerpo excitado.

Además, estaría genial que me trajeras un flogger, pero no uno de esos de juguete, no, yo quiero uno con las colas de cuero curtido, para que cuando, con el antifaz puesto me engrilletes a la cama, azotes mis nalgas hasta ponerlas sonrosadas.

A todo esto, habría que añadirle un plugin anal, pero uno de esos de silicona no, yo quiero uno metálico, para que después de haberme puesto el antifaz, después de engrilletarme a la cama, después de ponerme el culo sonrosado, lubriques mi ano y me penetres con él, sintiendo el frío acero en los anillos de mi culo, dilatando mi esfínter y preparándolo para recibirte, si lo consideras conveniente.

Se me ocurre que sería buena idea que complementaras los regalos con un dildo, pero no uno de esos rígidos y aburridos, no, yo quiero un dildo de los llamados conejito rampante, para que cuando me tengas ciega, engrilletada a la cama, con el culo sonrosado y el ano penetrado, lo hagas vibrar sobre mi vulva y mi clítoris, provocando dulces contracciones en mi esfínter y mi vagina.

Ups, disculpa Santa pero, por último, casi se me olvida, podrías traerme también un anillo, pero no uno de esos anillos para los dedos, no, yo quiero un anillo de silicona para que te lo pongas en la base del pene y haga que tengas una erección animal, para que cuando me tengas privada de la vista, inmovilizada con las esposas, con el culo sonrosado, el ano invadido y el clítoris palpitando, me penetres desde atrás igual que un potro en celo haría cubriendo a su yegua preferida.”

Así que, como podrás comprender, cuando terminé de leer la carta tenía la verga dura como una piedra, tenía la respiración agitada, tenía el corazón acelerado y tenía unas ganas inmensas por entregar personalmente esos regalos.

Los envolví con mimo, pensando en la destinataria y, después de dar de comer y beber a Rudolf, mi reno favorito, delegué el reparto del resto de juguetes a los elfos que amablemente me ayudan y me puse en marcha para hacer esa especial y personal entrega.

Llegué a la casa de la ilusionada mujer que, esperaba impaciente mi llegada, sentada en el salón. No tuve que deslizarme por la chimenea, pues al oír las campanillas de los renos en el jardín, abrió la puerta de su casa y me recibió, apenas ataviada con un provocador camisón lencero de color rojo.

Cortésmente nos saludamos y le hice entrega de sus regalos, pero, antes de que fuera a despedirme me indicó, espera Santa, quiero abrir los regalos contigo.

Omitiré detalles, dadlos por obvios, pero los renos se pusieron nerviosos cuando oyeron los gemidos, jadeos y gruñidos que salían de nuestras gargantas cuando, con mi miembro enervado e hinchado con el anillo en su base, la penetraba desde atrás, golpeando rítmicamente su cuerpo con mis testículos, que se bamboleaban en cada acometida, al tiempo que la masturbaba con el vibrador, aplastando su clítoris con la punta del mismo a máxima velocidad, mientras su ano movía la parte que del plugin asomaba fuera de su cuerpo con sus contracciones, al tiempo que acariciaba sus sonrosadas nalgas, consolándolas por la intensidad de las sensaciones que las colas del flogger le habían imprimido en sus rotundos glúteos, y ella estiraba su cabeza hacia atrás, respirando agitada bajo el antifaz de cuero negro que no la dejaba ver absolutamente nada.

Noche mágica la que vivimos, sobre todo cuando alcanzamos un clímax simultáneo, arrancando un jadeo estremecedor de su interior y un bramido ahogado de mi garganta, haciéndome caer sobre ella cubriendo su cuerpo con el mío, mientras sus contracciones terminaban de extraer hasta la última gota de mi néctar, momento en el que Rudolf, testigo de los sonidos provocados por nuestra excitación, comenzó el ritual de la berrea contagiado por nuestro primitivo celo.

Espero que el año que viene te portes tan bien como este que termina. Si eres buena te traeré más regalos especiales.

Te deseo los mejores orgasmos para el próximo año.

¿Te portarás bien?

4 comentarios:

  1. Siiii me portare bien .,.querido Santa 💋💋

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  2. Cabecitalinda06 mayo, 2025 18:59

    Menudo trabajo el de Santa!!!! Yo creo que le van a llover las cartas este año. Un relato encantador y muy divertido...😊

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    Respuestas
    1. Entonces tendrá que emplearse a fondo para no dejar a nadie indiferente.

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