METRICOOL

miércoles, 5 de julio de 2023

CAMA




Me dijiste que venías, que fuera preparando todo. Lo hice. Los dos tenemos muchísimas ganas, y no de dormir. Solo faltas tú. ¿Tardarás en llegar?

 

martes, 4 de julio de 2023

PALABRAS SABIAS




Sabias palabras, bella cita, sinergia creada entre nosotros que nos hará sentirnos plenos, entregados, satisfechos y realizados.

Del mismo modo que hay pequeñas molestias que resultan insufribles, hay inmensos placeres que nunca son excesivos. ¿No lo crees así?

lunes, 3 de julio de 2023

COMIENZO DE SEMANA



Algunas mañanas de lunes me mantienen amarrado a la cama con una inmensa pereza. Otras, en cambio, amanezco pletórico, vigoroso, activo, excitado. ¿La razón? No la sé, más mi cuerpo despierta sensible, reaccionando al más mínimo estímulo. Somnoliento todavía, disfruto de una dulce y agradable sensación. Percibo esa rigidez bajo mi ombligo, que aumenta al contacto con las sábanas. Te recuerdo vagamente y tu aroma viene a mi nariz, tu calor a mi cuerpo, el sabor de tu piel a mi boca y tu humedad a la punta del ariete que, enredado entre las telas, despertó antes que yo.

Y mis caderas comienzan ese vaivén buscando tu cuerpo que se dibuja en mi mente. Y mi cuerpo se altera más. Y el placer aumenta, llevándome a un estado casi tántrico. Y despierto, pensando que todo ha sido un sueño, hasta que siento mi sexo salvaje. Incrédulo, llevo mi mano a mi pubis y me acaricio. Doblo las rodillas apoyando los pies sobre el colchón. Separando los muslos, aparto la ropa de cama y siento mis masculinos atributos colgando pesados e hinchados, acariciados ahora por una brisa de aire fresco que, lejos de amainar mis deseos, los potencia. Y sigo con sutiles roces y caricias, mientras el dedo índice de mi mano izquierda recorre mis ingles, mi perineo, circunvala mi escroto, que se estremece, y me hace elevar mis caderas, y aumento el ritmo, y mi respiración se agita. Sigo con fuerza mientras acaricio mi abdomen, hasta pellizcar mis pequeños pezones. Me enervo, me tenso, me arqueo, me agito, aprieto con fuerza mis huevos y mi pequeño volcán entra en erupción, lanzando borbotones de blanca lava que caen sobre mi vientre.

Inspiro profundamente, recupero el aliento, tu imagen se desvanece de mi cabeza y quedo sobre la cama, yaciendo satisfecho, mientras mi corazón se recupera, mientras mi sexo vuelve a su estado de reposo después de vaciarme del néctar acumulado.

Hay mañanas de lunes en las que hubiera preferido amanecer contigo.


 

domingo, 2 de julio de 2023

CONSTIPADOS O ALERGIAS




 

Siento haberte molestado.

Oh, no, está bien.

Estornudar es perfectamente normal, pero… ese… estremecimiento es un poco inusual.

Sí, lo sé. Tengo una condición extremadamente rara, cada vez que estornudo tengo un orgasmo.

Bueno, eso es extraordinario, nunca he oído hablar de eso.

¿Qué tomas para eso?

Pimienta.

 

Con estos cambios de tiempo y metidos en plena primavera, es normal que terminemos constipados o sufriendo las consecuencias de alguna ligera alergia, que nos tendrá estornudando permanentemente, incómodamente, o no. Para algunos será un engorro, sin embargo, hay quien disfruta de esos estornudos por las especiales sensaciones que ellos provocan en su cuerpo. Disfrutemos de ellos. ¿Estornudamos juntos?, tengo pimienta.

sábado, 1 de julio de 2023

DÍA LLUVIOSO



Días lluviosos que invitan a, simplemente, dejar pasar el tiempo. Invitan a emular el agua de la lluvia y a darse una ducha templada, con los ojos cerrados, concentrado en como las gotas resbalan por mi piel y se deslizan por todos los rincones de mi anatomía. Inspirando profundamente y, acaso, gimiendo con timidez, cuando siento el agua en mi más sensible piel. Días que invitan a, después de secarme frente al espejo, ponerme esa cómoda camiseta, sin nada más, y mirar el ventanal en el que la lluvia resbala, dibujando senderos que son recorridos gota tras gota. Días que invitan a recordarte en tardes así, tumbada en el sofá con tu camiseta blanca y tus braguitas como únicas prendas. E inspiro de nuevo y recuerdo el aroma de tu piel cuando mordisqueaba tu cuello, y cómo me lo ofrecías girando la cabeza de un lado a otro mientras, hábilmente, deslizabas una mano entre mis muslos buscando tu trofeo. Y como buceabas bajo mi camiseta, la misma que hoy visto, ávida por palpar cada centímetro de mi cuerpo. Y en estos días, con tus recuerdos, mi cuerpo reacciona y me torno carnal. Y el deseo que habita en mí, disciplinado y contenido, se revela salvaje e impertinente, haciendo que mi masculinidad cobre vida, que mi falo se yerga y descubra, rozando el algodón de la prenda, y que esa suave brisa recorra mis ingles, sofocando el calor de mis testículos, que cuelgan pesados y cargados. Y me abandono, tumbado en el sofá donde tantas tardes lluviosas me cabalgaste, al más egoísta onanismo. Agarro mi sexo y lo muevo sin prisa, frotando la punta y bajando por el tronco hasta golpear mi escroto, tal y como hacías mientras nos besábamos. Y aumento el ritmo, imitando los movimientos de tu mano, que seguían el ritmo de las yemas de mis dedos en tu entrepierna. Y elevo mis caderas, y arqueo mi espalda, y jadeo sofocado, y agarro mis huevos, y los aprieto como queriendo sacar todo su jugo, y comienzo a lanzar espasmódicamente chorros de semen sobre mi torso. Y recupero el aliento, la flacidez vuelve a mi entrepierna, mientras las últimas gotas escurren de mi interior y recuerdo tu rostro sonriendo por haber conseguido tu objetivo. La camiseta manchada me hace levantar. Lavadora, ducha de nuevo, y el agua que todavía resbala por los cristales del ventanal.

Me hubiera gustado tenerte aquí, y a ti, ¿te hubiera gustado estar?


 

viernes, 30 de junio de 2023

EXTRAÑA SUMA



Y a la vuelta del puente dudo de si recuerdo los más básicos conocimientos matemáticos. Mi mente confunde disciplinas académicas y lúdicas y, ante la más infantil suma, mi cabeza titubea. Pestañeo, inspiro con los ojos cerrados y al pensar en ese “uno más uno”, la imagen que mi cerebro recrea no es la del inocente “patito” sino la de la lasciva pareja, yaciendo invertidos, devorándose simultáneamente la entrepierna. Frunzo el ceño, intentando buscar la nitidez que me falta, y solo oigo suspiros y gemidos, y mi boca se seca, y mi lengua humedece mis labios, y un rumor acuático pervierte mi ser. Los suspiros se convierten en jadeos, y mis labios se enjugan con la esencia de tu manantial. Y de mi sexo brotan perlas traslúcidas que son devoradas por tu lengua ansiosa. Acompasamos los ritmos, sincronizamos las lenguas y nos estremecemos cadenciosamente mientras compartimos néctares que saboreamos con inusitado placer. Y recobro la cordura perdida y sigo dudando. Y tú... ¿Ya has elegido qué casilla marcar?


 

jueves, 29 de junio de 2023

CAJA DE JUGUETES




Las tardes aburridas se prestan a muchas cosas, pero una de las que más me gustan es buscar en el armario esa olvidada caja de juguetes, desempolvarla, y ponerla encima de la mesa, mientras nos miramos fijamente a los ojos, observando como nuestras pupilas se van dilatando, como nuestra respiración se va agitando y, por supuesto, como bajo nuestro ombligo comienza a subir la temperatura exponencialmente imaginando lo que vendrá después. Démosle un sorbo a la copa de vino y comencemos por vendarte los ojos. ¿Adivinas qué vendrá después?

 

miércoles, 28 de junio de 2023

MI MENTE



Retomando mis pensamientos sobre los maravillosos dedos, qué mejor caricia que la que estos nos hacen en la mente, ¿no crees?


 

martes, 27 de junio de 2023

UN ORGASMO AL DÍA



No olvides tener hoy un orgasmo. La pareja es opcional, el placer no.


 

lunes, 26 de junio de 2023

FUNCIÓN FINAL



Y al encenderse de nuevo los focos buscaste sin ver, como una conejita deslumbrada por las luces de un coche en un camino una noche sin luna. Seguías de pie, ahora recompuesta, todavía con las manos apoyadas en el mueble, con tus muslos firmes y tus nalgas insultantemente apetecibles. Sentías mi presencia en tu espalda y eso te inquietaba, más aún sabiendo que tú habías tocado el cielo y yo no estaba complacido. Esta vez mi instinto estaba desbocado, mi cuerpo excitado y mis ganas por hacerte mía casi incontrolables. Mesé tu cabello y pasé una mano por tu espalda, provocándote una extraña sensación, mezcla de inquietud y renovada excitación. Te sujeté por el cuello, con suavidad, pero firmeza, y ceñí mi cintura contra tus redondas nalgas, dándote un golpe seco, lo que provocó que sintieras el acerado juguete todavía en tu ano y exhalaras con fuerza vaciando de aire tus pulmones. Empujé rítmicamente varias veces disfrutando de la belleza del bamboleo de tus senos, que comenzaban a anunciar una incipiente excitación por la presencia de sus protuberantes pezones. Mi falo, descubierto, comenzaba a irrigarse, abriéndose paso entre tus muslos, a la vez que alargaba mis manos por tus costados y acunaba en ellas tus aterciopelados pechos. Los masajeé con deseo, pero suavemente, y los tostados botoncitos tropezaron con mis dedos, tornándose más turgentes, más rugosos, más marcados. Los pincé con cariño, con las yemas de mis dedos índice y pulgar, y tiré de ellos hacia adelante, hasta que resbalaron y volvieron sobre ti, regalándome un inquietante gemido por tu parte. Sentí tu renovada humedad en la punta de mi ariete y contuve mis ganas de invadirte, deseaba oír tu voz suplicando que empujara en tu interior. Me aparté lo justo para contemplar tus nalgas, adornadas, más si cabía, por el brillo de la luz que reflejaba el plugin que escondías. Y mientras con una mano acariciaba tu espalda, con la otra cogí el tallado cristal del ovalado juguete y comencé a girarlo en tu interior. Comenzaste a mover tus nalgas instintivamente hasta que sentiste la tensión que el metal hacía en tu esfínter por la tracción que yo ejercía sobre él. Aguantaste la respiración, arqueaste más las caderas y entonces te susurré: -relaja tu ano, momento en que se deslizó fuera de ti liberando tu cuerpo. Tu esfínter comenzó a contraerse de manera cadenciosa y percibí en tu espalda el sudor que provocaba la excitación que de nuevo te invadía. Volví a apoyar el juguete sobre tu ano, presioné y sin dificultad lo acogiste de nuevo en tu interior, volviendo a gemir. Tiré de nuevo de él, y sin necesidad de indicaciones, lo soltaste gimiendo de nuevo. Y una vez más volví a insertarlo y, apenas había entrado, lo sacaba, acompasando tus gemidos con cada entrada y salida. Cuando me di cuenta, un hilillo de tu viscoso flujo colgaba de entre tus labios vaginales. Brillante, y con una gota a modo de péndulo, que lo mantenía entre tus muslos mientras se estiraba lentamente. Lo recogí con mi glande y lo arrastré por tu vulva, desplegando por completo tu sexo y haciéndote desear mi dura excitación. Froté tu entrepierna, mientras oías mi respiración ahogada y descompensada. Lo arrastré por tu perineo y lo apoyé sobre tu liberado esfínter. Inspiraste profundamente, presioné con suavidad, y cuando me sentiste moviste tus caderas buscando el acoplamiento. Empujabas con tus nalgas sobre mi verga y yo retiraba despacio mis caderas, sin perder el contacto de nuestros cuerpos. Cedías y yo empujaba hacia adelante, y cuando me creías tener volvía a retirarme, hasta que no aguaste más la excitación, no soportaste el calor de tu sexo y me dijiste: -métemela ya, por favor. Y en ese momento empujé contra tus nalgas y mi glande se deslizó en tu interior, arrancándote un fuerte gemido, arrancándome un gruñido animal. Quedé quieto, sintiendo tus contracciones sobre mí, y en un momento dado relajaste tu ano y empujaste tus nalgas sobre mí, haciendo que entrara unos centímetros más. Y volví a quedar quieto mientras volvías a oprimirme. Y relajaste de nuevo y en un último empujón entré hasta el fondo de tu cuerpo, quedando mis testículos topeteando con tu perineo. La humedad de tu sexo en mis huevos me excitó de manera sobrenatural. Alargué una mano bajo tu tripita y comencé a masturbar tu clítoris, mientras comenzabas a mover tus nalgas y a hacer círculos con tus caderas, centrifugando mi verga. Tu clítoris se hinchó y comenzaste a jadear a la vez que te movías con más fuerza, aceleré el ritmo sobre tu sexo, presionándolo y haciendo vibrar las yemas de mis dedos sobre tu pequeño resorte, provocando que comenzaras a manar, al tiempo que jadeabas con desesperación y que tus piernas volvieran a flojear, corriéndote de nuevo. Pero esta vez yo estaba dentro y te acompañé en tan pervertido baile, moviéndome dentro de ti, cada vez con más fuerza, cada vez sintiendo mejor los movimientos de tus caderas, golpeando tu cuerpo con mis huevos en cada movimiento, hasta que, invadido por la excitación y en unos lascivos meneos de tus nalgas sentí como me ordeñabas sin compasión, inundando tu cuerpo con mi almacenado néctar, que lanzaba a chorros mientras un gutural sonido salía de mi garganta. Caí sobre ti. Salí de ti. Te abracé. Nos besamos. Cayó el telón. Fin de la función.


 

LA TÉNUE LUZ DEL ALBA

La ténue luz del alba se colaba entre las cortinas reflejando bellas sombras sobre nuestros cuerpos desnudos. Todavía dormías, como un áng...