El amanecer nos hizo compartir besos, deseos, pasiones.
Abraza, disfruta, siente,
no temas, sé valiente,
dentro de nuestro vientre ardiente,
hay más placer por venir.
Nada es lo que parece, pues hasta el más romántico de los hombres tiene su lado oscuro.
El amanecer nos hizo compartir besos, deseos, pasiones.
Abraza, disfruta, siente,
no temas, sé valiente,
dentro de nuestro vientre ardiente,
hay más placer por venir.
Te espero paciente, para amarte con paciencia. Mas si me
desesperas, larga será tu espera en tu agónica súplica porque te lleve al
placer que deseas.
Ávida por libar mi néctar, en tu desesperación olvidaste los más
elementales modales.
Si aprieto tu cuello,
tu entrepierna aflojas.
Si beso tus labios,
tu sexo mojas.
Gime, jadea, goza.
Hambre salvaje y voraz que me hace perder la razón. Mente nublada
por el deseo, sexo en alerta por la excitación primitiva de oler tu celo,
sentir tu cuerpo y saborear la esencia que de entre tus nalgas se desprende
cada que vez que acerco mi rostro a la convergencia de tus muslos.
“Asesoramiento sobre el Servicio a pie de calle”.
“En caso de emergencia romper el cristal”.
Ferviente defensor de los servicios de asesoramiento, te propongo
ser yo quien te ofrezca este servicio integral. Ante dudas existenciales o
necesidades imperiosas, no dudes en consultarme, sobre el servicio, sobre el
uso, sobre los beneficios, sobre los resultados, sobre el placer.
Hay fuegos emergentes que precisan de actuación urgente.
Apaguemos las llamas, calmemos las ganas.
Tras una sesión de gimnasio, la ducha devuelve mi calma. Mi cuerpo
relajado está, esperando tu visita al alba. No te demores, ven pronto, trae
ganas.
Ver ese gesto en tu rostro, de la mano de un gemido, mientras me
fundo en tu interior, me hace perder el control.
Los dedos te acompañan, en tu íntima soledad de siempre,
sumergidos bajo el tul. Tu apetito inconfesable no se sacia. Tu mente se nubla,
tu cuerpo se altera, el aire te falta, tus pechos se yerguen, tu sexo se moja.
Hambre de placer y ganas de morder lo que tu cuerpo desea.
Inspira y disfruta del roce de tu íntima prenda sobre tus nalgas,
mientras descubro la piel que mis manos acariciará. Inspira y contén la
respiración ahogada mientras tu estómago se encoge y tu vientre se contrae.
Inspira y predisponte al placer que los dos deseamos.
La ténue luz del alba se colaba entre las cortinas reflejando bellas sombras sobre nuestros cuerpos desnudos. Todavía dormías, como un áng...