Mañana
de domingo, en la que compartimos un paseo por el Retiro, risas, confidencias,
sorpresas agradables aliñadas al sol en una terraza con unas cervezas y unas
tapas. El verano amenaza con ese sopor por el calor y nos lleva a refugiarnos
en casa. Nos dormimos una siesta reconfortante y relajada, en la que nuestros
desnudos cuerpos se respetan, a pesar de los inevitables roces, alguna caricia
robada y besos cómplices. Despierto y duermes. Voy a la cocina a por un vaso de
agua y al regresar contemplo tu estampa. Me descubres yendo hacia ti, me miras
fijamente y percibes ese brillo en mis pupilas que delatan el placer que deseo
hacerte sentir. No articulas palabra, pero los gestos hablan. Y si el deseo
invade mi sexo, tus muslos abrasan. Me acerco y me acoges, me alcanzas y tiras
de mí hacia ti como esa pantera que alcanza su presa, celosa por devorarla. Y
la lucha empieza, suenan timbales al ritmo que las ansias nos marcan. Los sexos
despiertan, y se enervan, se crecen, se abren, se mojan. Los gemidos invaden la
sala, los gruñidos caen sobre la almohada, los cuerpos se baten en lid
sofocada. Y afloran sudores, saliva, fluidos que provocan que nuestras pieles
resbalen. Y entro hasta tú más profundo interior extrayendo de ti tu mejor
néctar. Me clavas las uñas, me estiro, me anudas con tus muslos, te empujo, te
arqueas, me tenso, me atrapas, te giras, me montas salvaje. Y en brutal
cabalgada jadeas al límite, hasta saciar tu sed, hasta alcanzar tu clímax,
hasta hacerme gruñir, hasta exprimir mi más masculina dureza. Caes sobre mi
pecho, te acojo, te beso, te mimo, te cuido, te calmo, te abrazo.
Eso tiene que ser un lujo .....
ResponderEliminarY un placer.
EliminarQué gozada...
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarIntenso relato, por descubrir ese brillo de placer en las pupilas que reclama la necesidad del cuerpo y a la vez dulce, cálido, sensible, por culminar con besos, abrazos, mimos, y esa calma también tan necesaria...pasion y sensibilidad una combinación perfecta...
ResponderEliminarUn combinación perfecta y necesaria que equilibra la pasión y la dulzura.
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