METRICOOL

lunes, 22 de mayo de 2023

COFFEE POWER




Despierto aturdido, somnoliento y desorientado. Inspiro hondo y siento el vacío del que algo espera y nada encuentra. Confundido y perezoso, despeinado y desvestido, vago hasta la cocina y, con torpeza, me preparo un café. Ese “chute” de energía que necesito para terminar de despegar mis pestañas y desentumecer mi cuerpo. Música parece el compresor de la cafetera, que se torna deliciosa melodía cuando el aroma del café recién hecho inunda el espacio. De nuevo inspiro y, ahora sí, encuentro. Y con el primer sorbo mi cuerpo desnudo, templado por los rayos de sol que se cuelan por el ventanal, comienza a despertar a la par que despierta mi mente. Y tus recuerdos se agolpan provocando que, mi desvergonzada entrepierna, se muestre evidente. A la vez que mi energía sube mi sexo se erecta. El café despeja, el sol calienta, la potencia crece, el deseo aumenta. Y, con los ojos cerrados, otro sorbo de la amarga infusión sobre tu cuerpo me lleva. Y te beso, y te acaricio, y te muerdo, y te lamo, y te como, y te poseo, y te empujo, y te acompaño, y te presiono, y me abalanzo, y te siento, suave, húmeda, cálida y bella. Y con el regusto en mi boca mi respiración se altera, mi piel se eriza, mi corazón se agita y mi rigidez palpita. Y en nuevo trago me siento atrapado bajo tu rotunda fuerza. Y te mueves y me acunas. Y tus caderas se revelan, y tus pechos bailan, tus gemidos claman y tus nalgas saltan, poderosas sombre mi hombría, aplastando en sus caídas mis esferas, congestionadas e inflamadas por la excitación acumulada. Y te desbocas cuando sientes sobre tus tostados botones mi húmeda lengua, y te revuelves, y en tu interior me retuerces, y te cimbreas y me exprimes, y jadeas y tras el trote te corres y en tu interior me vacías, y te abandonas sobre mi pecho, te abrazo, te cobijo, te protejo, te mimo y te beso mientras la calma a nuestros pechos regresa. Y de tu interior resbalo y me descabalgas. De costado me miras mientras tu rostro, ruborizado todavía, de tu cabello despejo. Y te contemplo, bella.

Abro los ojos, termino el café y mi esencia brota, espontánea, provocando que unas gotas resbalen viscosas por el carnal mástil hasta perderse por la sinuosidad de mi ingle.

La energía se agota. Haré otro café. Poderoso café, vigoroso café, evocador de recuerdos, tus recuerdos, mi tentación, mi deseo. Mi poderosa hembra.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario sincero sobre lo que te ha parecido el relato. Lo leeré con mucha atención. Gracias.

LA TÉNUE LUZ DEL ALBA

La ténue luz del alba se colaba entre las cortinas reflejando bellas sombras sobre nuestros cuerpos desnudos. Todavía dormías, como un áng...