Sólo dame una razón para que no te deje montarme, para que te
prive de mi cuerpo, para que te niegue el placer.
Nada es lo que parece, pues hasta el más romántico de los hombres tiene su lado oscuro.
Sólo dame una razón para que no te deje montarme, para que te
prive de mi cuerpo, para que te niegue el placer.
La ténue luz del alba se colaba entre las cortinas reflejando bellas sombras sobre nuestros cuerpos desnudos. Todavía dormías, como un áng...
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