Y sentiste pudor por mostrarte así
dispuesta, más unas oportunas y medidas nalgadas te convirtieron en una agitada
pero apetecible hembra. Las yemas de mis dedos jugaron con tu oscuro orificio
provocando los celos de tu suave flor. Mis labios posé sobre ella, la lengua
alargué y con sed bebí de tu manantial.
Mmmmmmm
ResponderEliminar¿Asientes?
EliminarUna maravillosa forma de describir ese placer...
ResponderEliminarMuchas gracias.
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