No dijiste nada.
Te dejaste hacer.
Tus ganas de complacer
entre mis labios se ahogaron.
Nada es lo que parece, pues hasta el más romántico de los hombres tiene su lado oscuro.
No dijiste nada.
Te dejaste hacer.
Tus ganas de complacer
entre mis labios se ahogaron.
La ténue luz del alba se colaba entre las cortinas reflejando bellas sombras sobre nuestros cuerpos desnudos. Todavía dormías, como un áng...
Cuando los labios son una dulce forma de silenciar el deseo...
ResponderEliminarNo hay beso más silente.
Eliminar