METRICOOL

jueves, 20 de abril de 2023

ATARDECER EN LA PLAYA




Momento de relax y encuentros, de lunas y velas, de besos y olas, de manos y lenguas. Suspiros, caricias, gemidos, placeres. Íntimas pasiones.

Luna que todo lo ve y que lo calla todo. Testigo muda de nudos de muslos, prohibidos besos, lascivas caricias y carnales cuerpos.

Gemidos confundidos con el romper de las olas, caderas que se mueven al ritmo del agua, amantes que comparten calor y fluidos, entre ellos, con el mar.

 

 

miércoles, 19 de abril de 2023

TARDE DE PLAYA




Sin saber muy bien a cuento de qué, nos vimos sentados frente al mar en esa discreta playa a la que habíamos llegado casi por casualidad. La temperatura era ideal y se respiraba una paz casi celestial.

Llevábamos todo el día tonteando, provocándonos mutuamente con roces descuidadamente calculados, sutiles caricias y veladas declaraciones de intenciones, lo que había inducido a nuestros cuerpos a un estado de controlada excitación mantenida.

No demasiado tarde, reparamos en que estábamos solos en ese paraíso. Nuestras miradas se cruzaron, nuestros ojos irradiaron el brillo especial que irradian los ojos de los amantes que se dicen todo con el brillo de sus ojos, nuestros labios dibujaron una pícara sonrisa y dejamos que el deseo nos embarcara en el velero de un apasionado y furtivo encuentro.

Tarde primaveral de soleada luz. Idílico marco para sellar nuestro amor. Olor a salitre, cuerpos templados, pieles sensibles.

¿Nos damos un baño?

 

martes, 18 de abril de 2023

HORA DE RELAX



Después de un intenso día, sólo encuentro refugio bajo el agua de la ducha. Un tesoro pagaría por sentir tus manos enjabonando mi cuerpo. Oigo ruido. ¿Acaso eres tú? ¿Vienes?


 

lunes, 17 de abril de 2023

CAFÉ EN LA COCINA





 

El aroma del café despertó nuestro deseo. Apareció el calor en nuestros cuerpos. La pasión nos desbordó. ¿Otra tacita?

domingo, 16 de abril de 2023

CLEMENCIA





 

¿Hasta dónde me vas a llevar? Hasta que tu placer me suplique clemencia.

sábado, 15 de abril de 2023

BONDAD




Aceptando la bondad de tu entrega, asumí la responsabilidad de tu placer.

 

viernes, 14 de abril de 2023

GANAS DE CAFÉ





Iba a tomar café, pero me has terminado tomando tú a mí. ¿Querrás café?


jueves, 13 de abril de 2023

MOMENTOS




Momento de íntimas confesiones al abrigo del aroma de un café. ¿Nos confesamos deseos inconfesables?

 

miércoles, 12 de abril de 2023

FELIZ AMANECER




Nunca se me dio bien hacer pereza, en ningún sitio, en la cama tampoco salvo, como ustedes comprenderán, que tenga aviesos motivos para mantenerme en el lecho por la compañía de alguna cándida criatura que ha confiado su suerte en mí o, mejor dicho, que se entregó, más en cuerpo que en alma, a mi presunto saber hacer en las artes del amor.

Hoy, como últimamente viene siendo costumbre para mi desdicha, tampoco fue el caso, así que desperté, eso sí, descansado y pletórico, y con unas ganas inusitadas por saborear una taza de buen café.

Hay mañanas en las que despierto, aunque perezoso, cargado de energía. Un café y en marcha. Vamos a quemar el día.

¿Te preparo una taza?

 

martes, 11 de abril de 2023

ADICTIVO VENENO




Salimos de viaje después de comer, aprovechando el puente festivo, y conduje hasta ese hotel rural, en un pequeño pueblo de la sierra de Madrid, dónde íbamos a desconectar durante esos cuatro días. El viaje no fue largo, pero estábamos un poco cansados, así que nos acomodamos y dimos un paseo por el monte, charlando no muy animadamente, y con algún silencio incómodo. Cenamos en el mismo hotel y nos retiramos a descansar.

Despertó poseída cuando los primeros rayos de sol se colaron, entre las rendijas del store, dentro del dormitorio. Yo estaba en un sueño profundo, ajeno a lo que sucedía. La noche anterior discutimos, como todas las parejas, a veces, por nimiedades sin importancia, y nos acostamos con el orgullo herido. Nos dormimos dándonos la espalda, algo inusual entre nosotros, que teníamos la sana costumbre de desearnos unas buenas noches muy placenteramente hablando, en el sentido más sexual de la expresión.

Y quizá fue eso lo que la llevó a ese satánico estado cuando se pronunció el alba. Momento mágico cuando despunta el día, como lo es el ocaso, cuando el sol se retira. Quizá la ausencia del éxtasis del amor de la noche anterior, droga adictiva y poderosa, le provocó esa reacción, inquietante y excitante, casi alarmante, haciendo que se revolviera sobre sí misma, buscando con ansia mi cuerpo, en pleno síndrome de abstinencia como una auténtica yonqui del placer.

No era necesario, pero no pidió permiso, a pesar de que siempre nos habíamos dispensado un respetuoso trato, sin obviar la confianza y complicidad que entre los dos había, y de repente desperté prisionero bajo su cuerpo, sentado a horcajadas sobre el mío.

Sin entender lo que ocurría, al abrir los ojos lo primero que vi fueron sus pechos bamboleándose a escasos centímetros de mi boca y todavía confundido, empecé a ser consciente de que me estaba cabalgando con un alegre brío.

Mi mente enmarañada no comprendía cómo había despertado mi cuerpo sin despertar mi alma, cómo me había absorbido por su vientre sin desplegar mis ojos, cómo me montaba sin perturbar mi calma.

Y en ese estado mis sentidos se animaron, y mis labios buscaron sus senos, que con delicadeza alcanzaron, mientras mis manos se desplazaron hacia sus redondos glúteos que, en su vaivén ardiente, aplastaban con fuerza mis testículos, proporcionándome un, ahora sí plenamente consciente, insuperable placer.

Nos miramos y no dijimos nada, pues el lujurioso brillo de nuestros ojos lo dijo todo. No sabía cuánto tiempo llevaba sobre mí, pero comenzaba a sentir como había empezado a destilar su elixir, que me mojaba y excitaba.

La luz era cada vez más intensa al igual que cada vez más fuerte se movía. Comencé a mover mi cintura que, acompasada con sus caderas, convirtió sus saltos en un rítmico galope, que propiciaba aupándola con mis manos en sus nalgas.

Y aparecieron los gemidos cuando, teniéndome totalmente preso en su interior, frotó con fuerza su pelvis contra mi pubis, arrastrándose sobre mi cuerpo de atrás hacia delante, una y otra vez, sin dejarme salir de su interior, propiciándome un endiablado masaje dentro de su cuerpo.

Mi lengua enloqueció al contacto con sus erguidos pezones, arrancándole pequeños jadeos al sentirlos succionados por mis labios, provocando que sus caderas se agitaran sin cordura, que mi sexo se enervara sin mesura y que su sexo estallara de placer en cadenciosas contracciones y cálidas oleadas de un goce supremo, que empaparon mi entrepierna, sin poder contener la erupción de mi falo que comenzó a expulsar la lava ardiente que acumulaba en mi interior.

Yacimos sudorosos, en esa misma posición, hasta recuperar el aliento, con el sol impertinente iluminando plenamente la habitación del hotel.

Buenos días, cariño, me susurró al oído, mostrándome la mejor de sus sonrisas. Era evidente que había recuperado la cordura. Le había inoculado el antídoto al veneno del placer.

¿Desayunamos?

 

LA TÉNUE LUZ DEL ALBA

La ténue luz del alba se colaba entre las cortinas reflejando bellas sombras sobre nuestros cuerpos desnudos. Todavía dormías, como un áng...