A la Cruz de San Andrés, resignada te sometiste, sabiendo que
después de la expectación, y la agonía del exclusivo placer, llegaría tu
ansiado clímax.
Nada es lo que parece, pues hasta el más romántico de los hombres tiene su lado oscuro.
A la Cruz de San Andrés, resignada te sometiste, sabiendo que
después de la expectación, y la agonía del exclusivo placer, llegaría tu
ansiado clímax.
La ténue luz del alba se colaba entre las cortinas reflejando bellas sombras sobre nuestros cuerpos desnudos. Todavía dormías, como un áng...
Un confiado sometimiento...
ResponderEliminarLa confianza debe estar siempre en la cúspide de la pirámide de las cualidades en la relación.
Eliminar🔥🔥🔥🔥
ResponderEliminarFuego en la piel caliente.
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