METRICOOL

sábado, 8 de abril de 2023

DORMIDO




Habíamos estado toda la mañana andando por el monte. A los dos nos gustaba estar en contacto con la naturaleza. Yo observándolo todo, tú fotografiándolo. Fue divertido, aunque terminamos un poco cansados.

Ya en el hotel, nos duchamos, cambiamos y bajamos al comedor. Tras una corta sobremesa, con ese licor con hielo tan digestivo como invitado, subimos a la habitación. Nos desnudamos y tumbamos sobre la cama. Pero el cansancio no apagó el fuego de nuestro deseo y la más sutil de tus caricias hicieron que mi masculinidad te saludara cortésmente. Agradeciste la rigidez de mi saludo y me lo devolviste con uno cálido y húmedo que, emergiendo de tu entrepierna, me invitaba a visitarte.

Lo hice complaciente y me afané en templar tu cuerpo con el mío sobre el tuyo yaciente. Más tu deseo se impuso y con tesón bajo tu cuerpo me giraste, haciéndome prisionero entre tus muslos que con fuerza dominaban la sinrazón de mi cintura.

Y sobre mi cabalgabas mientras tus senos se mecían, mientras mi boca los buscaba, mientras tus nalgas con brío, cuando caían, mis atributos aplastaban.

Y gimiendo, y con fuerza saltaste cuando con mis manos sobre tus cachetes te aupaba. Y sentí tu calor, y tu humedad, y tus rítmicas contracciones sobre mi miembro, prisionero en lo más profundo de tu placentero oasis.

Y jadeaste salvaje cuando sentiste tu interior regado por mi acumulado néctar que en tu tesoro descargaba, al compás de mis gruñidos, gemidos, alaridos de placer indomable.

Complacidos yacimos, uno junto al otro, recuperando el aliento, relajando lo incansable.

Y sabiéndome dormido aprovechaste tu afición para inmortalizar mi cuerpo.

Me amaste, me exprimiste, me agostaste.

Te complací, me dormí, posé para ti.

Despiértame como tú sabes.

 

2 comentarios:

Deja tu comentario sincero sobre lo que te ha parecido el relato. Lo leeré con mucha atención. Gracias.

LA TÉNUE LUZ DEL ALBA

La ténue luz del alba se colaba entre las cortinas reflejando bellas sombras sobre nuestros cuerpos desnudos. Todavía dormías, como un áng...