METRICOOL

sábado, 1 de julio de 2023

DÍA LLUVIOSO



Días lluviosos que invitan a, simplemente, dejar pasar el tiempo. Invitan a emular el agua de la lluvia y a darse una ducha templada, con los ojos cerrados, concentrado en como las gotas resbalan por mi piel y se deslizan por todos los rincones de mi anatomía. Inspirando profundamente y, acaso, gimiendo con timidez, cuando siento el agua en mi más sensible piel. Días que invitan a, después de secarme frente al espejo, ponerme esa cómoda camiseta, sin nada más, y mirar el ventanal en el que la lluvia resbala, dibujando senderos que son recorridos gota tras gota. Días que invitan a recordarte en tardes así, tumbada en el sofá con tu camiseta blanca y tus braguitas como únicas prendas. E inspiro de nuevo y recuerdo el aroma de tu piel cuando mordisqueaba tu cuello, y cómo me lo ofrecías girando la cabeza de un lado a otro mientras, hábilmente, deslizabas una mano entre mis muslos buscando tu trofeo. Y como buceabas bajo mi camiseta, la misma que hoy visto, ávida por palpar cada centímetro de mi cuerpo. Y en estos días, con tus recuerdos, mi cuerpo reacciona y me torno carnal. Y el deseo que habita en mí, disciplinado y contenido, se revela salvaje e impertinente, haciendo que mi masculinidad cobre vida, que mi falo se yerga y descubra, rozando el algodón de la prenda, y que esa suave brisa recorra mis ingles, sofocando el calor de mis testículos, que cuelgan pesados y cargados. Y me abandono, tumbado en el sofá donde tantas tardes lluviosas me cabalgaste, al más egoísta onanismo. Agarro mi sexo y lo muevo sin prisa, frotando la punta y bajando por el tronco hasta golpear mi escroto, tal y como hacías mientras nos besábamos. Y aumento el ritmo, imitando los movimientos de tu mano, que seguían el ritmo de las yemas de mis dedos en tu entrepierna. Y elevo mis caderas, y arqueo mi espalda, y jadeo sofocado, y agarro mis huevos, y los aprieto como queriendo sacar todo su jugo, y comienzo a lanzar espasmódicamente chorros de semen sobre mi torso. Y recupero el aliento, la flacidez vuelve a mi entrepierna, mientras las últimas gotas escurren de mi interior y recuerdo tu rostro sonriendo por haber conseguido tu objetivo. La camiseta manchada me hace levantar. Lavadora, ducha de nuevo, y el agua que todavía resbala por los cristales del ventanal.

Me hubiera gustado tenerte aquí, y a ti, ¿te hubiera gustado estar?


 

viernes, 30 de junio de 2023

EXTRAÑA SUMA



Y a la vuelta del puente dudo de si recuerdo los más básicos conocimientos matemáticos. Mi mente confunde disciplinas académicas y lúdicas y, ante la más infantil suma, mi cabeza titubea. Pestañeo, inspiro con los ojos cerrados y al pensar en ese “uno más uno”, la imagen que mi cerebro recrea no es la del inocente “patito” sino la de la lasciva pareja, yaciendo invertidos, devorándose simultáneamente la entrepierna. Frunzo el ceño, intentando buscar la nitidez que me falta, y solo oigo suspiros y gemidos, y mi boca se seca, y mi lengua humedece mis labios, y un rumor acuático pervierte mi ser. Los suspiros se convierten en jadeos, y mis labios se enjugan con la esencia de tu manantial. Y de mi sexo brotan perlas traslúcidas que son devoradas por tu lengua ansiosa. Acompasamos los ritmos, sincronizamos las lenguas y nos estremecemos cadenciosamente mientras compartimos néctares que saboreamos con inusitado placer. Y recobro la cordura perdida y sigo dudando. Y tú... ¿Ya has elegido qué casilla marcar?


 

jueves, 29 de junio de 2023

CAJA DE JUGUETES




Las tardes aburridas se prestan a muchas cosas, pero una de las que más me gustan es buscar en el armario esa olvidada caja de juguetes, desempolvarla, y ponerla encima de la mesa, mientras nos miramos fijamente a los ojos, observando como nuestras pupilas se van dilatando, como nuestra respiración se va agitando y, por supuesto, como bajo nuestro ombligo comienza a subir la temperatura exponencialmente imaginando lo que vendrá después. Démosle un sorbo a la copa de vino y comencemos por vendarte los ojos. ¿Adivinas qué vendrá después?

 

miércoles, 28 de junio de 2023

MI MENTE



Retomando mis pensamientos sobre los maravillosos dedos, qué mejor caricia que la que estos nos hacen en la mente, ¿no crees?


 

martes, 27 de junio de 2023

UN ORGASMO AL DÍA



No olvides tener hoy un orgasmo. La pareja es opcional, el placer no.


 

lunes, 26 de junio de 2023

FUNCIÓN FINAL



Y al encenderse de nuevo los focos buscaste sin ver, como una conejita deslumbrada por las luces de un coche en un camino una noche sin luna. Seguías de pie, ahora recompuesta, todavía con las manos apoyadas en el mueble, con tus muslos firmes y tus nalgas insultantemente apetecibles. Sentías mi presencia en tu espalda y eso te inquietaba, más aún sabiendo que tú habías tocado el cielo y yo no estaba complacido. Esta vez mi instinto estaba desbocado, mi cuerpo excitado y mis ganas por hacerte mía casi incontrolables. Mesé tu cabello y pasé una mano por tu espalda, provocándote una extraña sensación, mezcla de inquietud y renovada excitación. Te sujeté por el cuello, con suavidad, pero firmeza, y ceñí mi cintura contra tus redondas nalgas, dándote un golpe seco, lo que provocó que sintieras el acerado juguete todavía en tu ano y exhalaras con fuerza vaciando de aire tus pulmones. Empujé rítmicamente varias veces disfrutando de la belleza del bamboleo de tus senos, que comenzaban a anunciar una incipiente excitación por la presencia de sus protuberantes pezones. Mi falo, descubierto, comenzaba a irrigarse, abriéndose paso entre tus muslos, a la vez que alargaba mis manos por tus costados y acunaba en ellas tus aterciopelados pechos. Los masajeé con deseo, pero suavemente, y los tostados botoncitos tropezaron con mis dedos, tornándose más turgentes, más rugosos, más marcados. Los pincé con cariño, con las yemas de mis dedos índice y pulgar, y tiré de ellos hacia adelante, hasta que resbalaron y volvieron sobre ti, regalándome un inquietante gemido por tu parte. Sentí tu renovada humedad en la punta de mi ariete y contuve mis ganas de invadirte, deseaba oír tu voz suplicando que empujara en tu interior. Me aparté lo justo para contemplar tus nalgas, adornadas, más si cabía, por el brillo de la luz que reflejaba el plugin que escondías. Y mientras con una mano acariciaba tu espalda, con la otra cogí el tallado cristal del ovalado juguete y comencé a girarlo en tu interior. Comenzaste a mover tus nalgas instintivamente hasta que sentiste la tensión que el metal hacía en tu esfínter por la tracción que yo ejercía sobre él. Aguantaste la respiración, arqueaste más las caderas y entonces te susurré: -relaja tu ano, momento en que se deslizó fuera de ti liberando tu cuerpo. Tu esfínter comenzó a contraerse de manera cadenciosa y percibí en tu espalda el sudor que provocaba la excitación que de nuevo te invadía. Volví a apoyar el juguete sobre tu ano, presioné y sin dificultad lo acogiste de nuevo en tu interior, volviendo a gemir. Tiré de nuevo de él, y sin necesidad de indicaciones, lo soltaste gimiendo de nuevo. Y una vez más volví a insertarlo y, apenas había entrado, lo sacaba, acompasando tus gemidos con cada entrada y salida. Cuando me di cuenta, un hilillo de tu viscoso flujo colgaba de entre tus labios vaginales. Brillante, y con una gota a modo de péndulo, que lo mantenía entre tus muslos mientras se estiraba lentamente. Lo recogí con mi glande y lo arrastré por tu vulva, desplegando por completo tu sexo y haciéndote desear mi dura excitación. Froté tu entrepierna, mientras oías mi respiración ahogada y descompensada. Lo arrastré por tu perineo y lo apoyé sobre tu liberado esfínter. Inspiraste profundamente, presioné con suavidad, y cuando me sentiste moviste tus caderas buscando el acoplamiento. Empujabas con tus nalgas sobre mi verga y yo retiraba despacio mis caderas, sin perder el contacto de nuestros cuerpos. Cedías y yo empujaba hacia adelante, y cuando me creías tener volvía a retirarme, hasta que no aguaste más la excitación, no soportaste el calor de tu sexo y me dijiste: -métemela ya, por favor. Y en ese momento empujé contra tus nalgas y mi glande se deslizó en tu interior, arrancándote un fuerte gemido, arrancándome un gruñido animal. Quedé quieto, sintiendo tus contracciones sobre mí, y en un momento dado relajaste tu ano y empujaste tus nalgas sobre mí, haciendo que entrara unos centímetros más. Y volví a quedar quieto mientras volvías a oprimirme. Y relajaste de nuevo y en un último empujón entré hasta el fondo de tu cuerpo, quedando mis testículos topeteando con tu perineo. La humedad de tu sexo en mis huevos me excitó de manera sobrenatural. Alargué una mano bajo tu tripita y comencé a masturbar tu clítoris, mientras comenzabas a mover tus nalgas y a hacer círculos con tus caderas, centrifugando mi verga. Tu clítoris se hinchó y comenzaste a jadear a la vez que te movías con más fuerza, aceleré el ritmo sobre tu sexo, presionándolo y haciendo vibrar las yemas de mis dedos sobre tu pequeño resorte, provocando que comenzaras a manar, al tiempo que jadeabas con desesperación y que tus piernas volvieran a flojear, corriéndote de nuevo. Pero esta vez yo estaba dentro y te acompañé en tan pervertido baile, moviéndome dentro de ti, cada vez con más fuerza, cada vez sintiendo mejor los movimientos de tus caderas, golpeando tu cuerpo con mis huevos en cada movimiento, hasta que, invadido por la excitación y en unos lascivos meneos de tus nalgas sentí como me ordeñabas sin compasión, inundando tu cuerpo con mi almacenado néctar, que lanzaba a chorros mientras un gutural sonido salía de mi garganta. Caí sobre ti. Salí de ti. Te abracé. Nos besamos. Cayó el telón. Fin de la función.


 

domingo, 25 de junio de 2023

SEGUNDA FUNCIÓN




Cayó el telón y recuperaste el aliento, tu corazón bajó pulsaciones y tu sexo se recompuso, como una gran atleta, aguardando la siguiente prueba. Y sonaron trompetas y timbales, la tramoya hizo su papel y la gruesa cortina comenzó a despejar el horizonte de la platea. Aparecieron nuevos decorados y comenzó el segundo acto. Sentada paciente observabas de soslayo como el viscoso lubricante resbalaba por el ovalado metal del nuevo juguete. Tomaste aire y un dulce escalofrío recorrió tu perineo, contrajo tu vulva, electrizó tu esfínter y ascendió por tu columna hasta tu nuca. Una mirada fue suficiente para que te pusieras de pie, separando tus muslos y, con la espalda erguida, apoyaras las manos en la banqueta donde antes te sentabas. Oíste mis tacones sobre el parquet acercándose hacia ti y cerraste los ojos, mientras comenzabas a hiperventilar. Mis manos se posaron sobre tus redondas nalgas, y unas caricias las hicieron entrar en calor, al tiempo que arqueabas tu espalda y separabas más tus muslos, deseosa de sentir en tu piel el frío metal. Y de repente, sentiste una cachetada en tu entrepierna, haciéndote dar un respingo, arrancándote un gemido e impregnando la palma de mi mano con tus flujos, provocando en tus pechos un diabólico bamboleo. Estás preparada, te susurré al oído mientras arrastraba la yema de mi dedo corazón desde tu vulva, recogiendo tus flujos, hasta tu ano, masajeándolo y presionándolo con suavidad. Tu respiración agitada cesó por unos segundos, cuando sentiste el duro acero presionando en tu agujerito. Relaja, -te dije, mientras ejercía una presión constante, -toma aire, y cuando una inspiración profunda llenó tus pulmones, relajaste tu esfínter y el plugin se deslizó por tu interior, dejando a la vista únicamente el tallado cristal del tapón. Un gritito ahogado salió de tu garganta mientras humedecías tus labios con tu lengua y comenzabas a mover tus nalgas frotándolas entre ellas. En tu espalda aparecieron minúsculas gotitas de sudor, fruto de la transpiración de tu piel, cual flores bañadas con rocío al amanecer, y según aumentaba tu placer, el calor te quemaba y las gotas comenzaban a resbalar por el desfiladero que tus nalgas formaban. Me puse a tu espalda y recorrí tu columna con un dedo, desde tu nuca hasta tu culo, desabotoné mi bragueta y saqué mi verga, con la que recogí tus flujos y los extendí entre tus labios vaginales, y justo cuando apoyé mi glande entre los pétalos de tu sexo, una oleada de placer invadió tu cuerpo, mientras convulsionabas y gemías, mientras te corrías sin remedio y perdías la fuerza en las piernas. Tranquila, pequeña, te dije de nuevo, disfruta tu orgasmo, me tomaré la revancha en el siguiente acto.

 

sábado, 24 de junio de 2023

PRIMERA FUNCIÓN



Y la función comenzó cuando tu primer gemido dio paso al espectáculo de luz y de color, de placer y de calor. Tu cuerpo comenzó a manifestar notas de placer, interpretando una sinfonía de exquisito gusto, con tempo adagio, in crescendo lentamente cuando tus ojos observaron la mesita con los juguetes que te quedaban por probar. Tu respiración se agitó progresivamente y tu impertinente impaciencia me llevó a someterte con la disciplina del goce ausente. Te retorciste, pero asumiendo, mientras tus caderas, poco a poco, fueron tomando vida propia. Olfateaste mi piel, cuál hembra en celo, y tus ganas aumentaron buscando mi cuerpo con tu boca. Tranquila pequeña, te susurré al oído. Esto es solo el primer acto.


 

viernes, 23 de junio de 2023

ENSAYO




Ansiosa, pruebas el cuero antes de sentirlo sobre tu propia piel. Olor intenso y oscuro, el de la fusta humedecida por tus labios, que te hace salivar, deseosa de que el juego comience cuanto antes. Descamisado ante ti estoy, mientras permaneces maniatada con la seda de mi corbata, sereno y dispuesto a proporcionarte el más profundo de los placeres. Tus senos erizan su piel y muestran sus tostados botones que se alzan impertinentes sobre tus redondas copas. Instintivamente, separas tus muslos y ofreces tus nalgas, adivinándose entre ellos el brillo que deja tu excitación sobre la sonrosada piel de tus rincones. Señorita, que comience la función!!!

 

jueves, 22 de junio de 2023

PREFACIO



Era un sábado cualquiera, todavía en primavera, aunque cierto es que la noche había sido tropical, de un calor pegajoso insoportable y desperté más temprano de lo corriente con el pijama empapado. Me preparé un café, que saboreé repasando las noticias, pero mi cabeza había comenzado a andar sin siquiera pedir permiso.

Entre libros y revistas y rodeado de apuntes y garabatos manuscritos con mi nefasta caligrafía, la magistral Billie Holiday, acompañada por el maestro Terence Blanchard, interpretaban magníficamente “Nice work if you can get it”, lo que serenaba mi revolucionada cabeza y me ayudaba a ordenar torpemente las ideas que bullían en mi mente.

No me preguntes ¿Cómo fue?, porque no lo sé. Sólo sé que, entre esos folios alborotados, de repente, surgió el orden. Y las palabras inconexas se fueron recolocando entre ellas mismas, las frases tomaron sentido, las letras cobraron vida y los párrafos se alienaron dando sentido al relato.

Esa es la verdad, así fue, así lo sentí. Más sentí la preocupación de si sería entendido. Supongo que debe ser por ese halo de responsable incertidumbre que, siempre que escribo, me asalta, y no me malinterpretes, no es por dudar de la capacidad del lector, sino por estar permanentemente en duda conmigo mismo sobre si habré utilizado las palabras precisas para expresar lo que siento.

De esta manera surgieron cuatro relatos, de diferentes longitudes, a veces las letras son caprichosas, otras impertinentes, otras muy generosas, los cuales decidí compartir en este foro, si bien consideré preciso advertirte de esto, por si a bien lo tienes, seguir en la lectura el orden en que caprichosamente han sido dispuestos.

No desvelaré más datos, pues no quiero hacerte perder el interés por adelantado, sólo te diré el título y orden de estos mis textos:

Primero publicaré “Ensayo”, que será seguido por “Primera función”, el cual dará paso a “Segunda función”, culminando con “Función final”. Disculpa mi obviedad, pero creo que todo cobra más sentido cuando se lee en el orden indicado.

Espero no haberte aburrido con este “prefacio” sobre las publicaciones.

Espero no haberte decepcionado, si esperabas haber encontrado entre estas letras algo de más intensidad.

Espero que aceptes que, como suele ser habitual en mí, la obra de teatro tiene contenido lector dirigido a mentes adultas. Mis letras están ordenadas, tu mente, predispuesta, al leerme hará el resto.

Prepara una copa de vino, escucha a Billie Holiday de fondo y disfruta del espectáculo.


 

LA TÉNUE LUZ DEL ALBA

La ténue luz del alba se colaba entre las cortinas reflejando bellas sombras sobre nuestros cuerpos desnudos. Todavía dormías, como un áng...