Que qué sabía hacer, me preguntaste tras la siesta. Y sentándote
sobre la encimera de la cocina te di un primer avance.
Nada es lo que parece, pues hasta el más romántico de los hombres tiene su lado oscuro.
Que qué sabía hacer, me preguntaste tras la siesta. Y sentándote
sobre la encimera de la cocina te di un primer avance.
La ténue luz del alba se colaba entre las cortinas reflejando bellas sombras sobre nuestros cuerpos desnudos. Todavía dormías, como un áng...
Un buen maestro...
ResponderEliminarUn maestro es bueno cuando tiene buen pupilo.
EliminarLa atención y la dedicación son primordiales...
ResponderEliminarSiempre y generosamente.
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