Después de un intenso día, sólo
encuentro refugio bajo el agua de la ducha. Un tesoro pagaría por sentir tus
manos enjabonando mi cuerpo. Oigo ruido. ¿Acaso eres tú? ¿Vienes?
Nada es lo que parece, pues hasta el más romántico de los hombres tiene su lado oscuro.
Después de un intenso día, sólo
encuentro refugio bajo el agua de la ducha. Un tesoro pagaría por sentir tus
manos enjabonando mi cuerpo. Oigo ruido. ¿Acaso eres tú? ¿Vienes?
La ténue luz del alba se colaba entre las cortinas reflejando bellas sombras sobre nuestros cuerpos desnudos. Todavía dormías, como un áng...
Iré
ResponderEliminarTe espero.
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