METRICOOL

sábado, 29 de abril de 2023

DELICADA FLOR




La tarde trascurrió sin nada que interrumpiera nuestra cómplice intimidad. Juegos de besos, miradas e insinuaciones que, como era de prever, fueron caldeando el ambiente y subiendo un puntito el grado de lujuriosa provocación que iba in crescendo, lenta pero inexorablemente.

Hasta que me vi, con el cuerpo desnudo y las ganas desaforadas. Hasta que te vi, con un ligero sweater que apenas tapaba tu ombligo, como única vestimenta.

Y me retaste, dándome la espalda y mostrándome las redondeces de tu anatomía. Las mismas que aceleraron mi pulso, entrecortaron mi respiración, desbocaron mis deseos y enardecieron mi masculinidad.

Respondí a tu reto deslizando mi mano entre tus muslos, mientras mi brazo rozaba con los cachetes de tus nalgas.

Y al posar mi mano en tu delicada flor, elevaste tus talones poniéndote de puntillas, en un instintivo gesto de íntima protección. Más no temiste cuando con hábiles giros de tus caderas acomodaste la palma de mi mano sobre tu tesoro.

Y suspiraste, y te frotaste, y gemiste.

Y tus pétalos se abrieron impregnándome de tu sabroso néctar, justo en el momento en que vientre se contraía rítmicamente en cálidas oleadas de placer.

 

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