METRICOOL

miércoles, 8 de febrero de 2023

OLORES




En intempestivos y primaverales días como hoy, mi cuerpo experimenta y, por qué no confesarlo, disfruta, de ese subidón hormonal que el aumento de las horas de luz y las templadas temperaturas provocan en mí, despertando mis más primitivos y animales instintos, llevándome a ese estadio de semiexcitación permanente, en el que un inquietante, pero agradable hormigueo, recorre, invade y se regodea en mi entrepierna, haciéndome tener la sensación de estar con mi masculinidad en alerta permanente, con mi sexo preparado, con mi deseo vigía y con la mente nublada y con un único pensamiento acaparando toda mi capacidad de raciocinio.

Resulta excitante sentir la impertinente reacción de mi sexo en los lugares y momentos menos oportunos, cuando la presión sanguínea comienza a irrigar, sin preguntar, mi miembro, llevándolo a esa turgencia, lo suficientemente consistente como para hacer que mi glande se descubra y roce con el algodón de mi bóxer, resultando la sensación más estimulante todavía. Sensación que se multiplica cuando, al caminar, la presión de mi tejano comprime mi pene tanto cuanto más se enerva, masajeándolo a cada paso con los pliegues del vaquero. Sensación que se potencia cuando siento como unas indiscretas gotas de transparente líquido preseminal buscan la luz humedeciendo la cabeza de mi glande y embadurnando mi calzoncillo.

Quizá ayude a esto el recuerdo del olor de tu piel, ese olor fresco y pizpireta, ese olor que se potencia con la humedad de mi saliva, cuando mi lengua se arrastra sometida a la tiranía de la sedosidad y calor de tu cuerpo. Ese recuerdo de mi rostro entre tus piernas, de mi lengua ascendiendo por la cara interna de tus muslos, recorriendo tus ingles y bordeando el límite que el elástico de tus braguitas defiende, protegiendo tu más delicada intimidad.

Esa voracidad que despiertas en mí al sentir a escasos centímetros de mi boca tu rincón más exquisito, a salvo por la sutil blonda que empieza a doblegarse ante tus muestras de respuesta a mis estímulos, siendo irresistible para mí darte un delicado bocadito, haciéndote replegar tus muslos inconscientemente sobre mi rostro, lo que provoca que mi cara se hunda con más fuerza sobre los rizos de tu pubis y sobre la esponjosidad de tu entrepierna.

Recuerdos que traen a mi cabeza el recorrido de mi lengua lamiendo tu vientre hasta caer en el hoyo de tu ombligo, buscando el norte por tu abdomen y adentrándose en el valle que tus pechos forman, coronando tus senos y alcanzando tus tostados botones para descender hacia tu cuello y perderse en el abismo de tu boca, sellando un beso con nuestros labios mientras nuestras lenguas se enredan dibujando estimulantes espirales sin fin.

Recuerdo de dos cuerpos ardiendo, recuerdo de mi cuerpo sobre ti, recuerdo de mi sexo prisionero siendo liberado con destreza por tus manos, recuerdo de tu humedad caliente, de tus caderas nerviosas, de tu cuerpo vibrando y de tu interior abrasándome según entraba y profundizaba en ti.

Recuerdo de suspiros, gemidos y jadeos, recuerdo de gruñidos y quejidos, recuerdo de espasmos, temblores, contracciones… Recuerdo de orgasmos.

Hoy necesito recorrer tu cuello con mi lengua. Hoy necesito tu calor. Hoy preciso disfrutar tu olor. Hoy preciso sentirte mía.

16 comentarios:

  1. Cabecitalinda04 mayo, 2023 21:40

    Bonito relato de las sensaciones que puede tener un hombre con tan solo el pensamiento y los recuerdos...

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    1. Muchas gracias, los recuerdos nos hacen revivir, el pensamiento es poderoso y las sensaciones fantásticas.

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  2. Cabecitalinda06 mayo, 2023 09:04

    Bonita forma de describir las sensaciones y los recuerdos que habitan en tus pensamientos...

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  3. Me encanta! Y me encanta tu forma de expresarlo,y más aún como haces que mi mente vuele hasta lo que estás describiendo.

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    1. Muchas gracias. Intento que mi mente no vuele demasiado cuando en ella se dibujan las escenas que describo, pero la tuya... la tuya puede volar todo lo alto que le dejes hacerlo.

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  4. Me encanta!Y me encanta la forma de expresarlo y más aún como haces que mi mente vuele hasta lo que describes.

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    1. Muchas gracias, de eso se trata, de que la mente vuele y el cuerpo sienta.

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  5. Quién fuera ella, y ese hoy, de aquel día. Me encanta como lo describes.

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