Cabello suelto, surcando el viento, arrullo
tierno que se rompe cuando un ligero rasguño sobre la piel de tu espalda
destapa el brillo de tu cuerpo. Pezón erecto. Mi prioridad, el placer de tu
ego.
Nada es lo que parece, pues hasta el más romántico de los hombres tiene su lado oscuro.
Cabello suelto, surcando el viento, arrullo
tierno que se rompe cuando un ligero rasguño sobre la piel de tu espalda
destapa el brillo de tu cuerpo. Pezón erecto. Mi prioridad, el placer de tu
ego.
La ténue luz del alba se colaba entre las cortinas reflejando bellas sombras sobre nuestros cuerpos desnudos. Todavía dormías, como un áng...
Me encantaron tus palabras, sobre todo la frase final, suena muy íntima y sensual...
ResponderEliminarEs íntima, muy íntima, y también me parece sensual.
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