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lunes, 20 de febrero de 2023

ABRAZOS


El poder de un buen abrazo es, a todas luces, incuestionable. Y pensarás: ¿a qué viene esto ahora? En mi soledad, y gracias a la prensa, me he enterado de que hoy es el día internacional del abrazo, y no me he resistido a reflexionar, vagamente, aceptaré, sobre el mágico poder que un buen abrazo tiene sobre nosotros, por lo menos en mi caso. Según he leído, nos hacen liberar la hormona de la felicidad, nos regulan la tensión arterial y un sinfín de beneficios más, aunque no, no todos los abrazos son iguales.

Los hay reconfortantes y que nos llenan de alegría, como los abrazos sinceros de los amigos, esos que nos damos, inocentemente, independientemente de la condición sexual de cada uno, por el simple hecho de la alegría que nos ha producido reencontrarnos.

Pero también son inquietantes esos hipócritas, en los que nos sentimos prisioneros, diría que principalmente entre compañeros de trabajo, cuando alguien con quien hemos tenido algún rifirrafe nos lo da después de haber sufrido nosotros algún episodio preocupante. Casi sentimos los puñales en la espalda, cual Nerón, y arqueamos indisimuladamente una ceja mientras pensamos: a ver por dónde viene el aire ahora.

También los hay fraternales, ese abrazo entre hermanos, entre padres e hijos… Ese abrazo que nos da nuestra madre siendo niños, después de un escorchón en la rodilla, y que nos cura y nos sana, nos quita el dolor, el físico y el emocional, en cuanto recostamos nuestra cabeza en su pecho.

Otros, sin embargo, son mucho más especiales. El abrazo del primer amor, que despierta las mariposas en nuestro estómago, revoloteando hasta que el rubor alcanza nuestras mejillas. Que se vuelve adictivo por el placer que nos produce y las expectativas que despierta. Ese es un abrazo que nos produce una paz infinita, a la par que alborota nuestras hormonas. Abrazo que ofrecemos y recibimos de mil maneras a cuál más placentera. Abrazos desnudos donde nada se esconde y todo reacciona. El gusto de sentir la piel templada del otro entre nuestros brazos mientras nuestros labios se besan. Abrazos de frente, donde los cuerpos tropiezan por la naturaleza de las anatomías. Abrazos de espalda, donde las anatomías se acoplan y el calor se dispara. Abrazos de pie a los pies de la cama, abrazos tumbados que acaban en llamas. Abrazos de manos, de brazos que abrazan. Abrazos de cuerpos que enervan el alma. Abrazos de piernas y muslos en alza. Abrazos de sexos, que sexos atrapan. Abrazos de orgasmos que en clímax acaban.

Hoy necesitaría un abrazo, ¿me abrazas?

4 comentarios:

  1. Maravillosa descripción de los tipos de abrazos, pero para mi opinión el mejor es el último, el de los dos cuerpos acoplados, desnudos, percibiendo el olor de la piel y su sabor y descubriendo cada milímetro del cuerpo del otro. Recibe con cariño mi abrazo virtual...🫂🌹

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    1. Esos abrazos son especiales. Muchas gracias por tu aportación.

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