A la luz de la luna tu cuerpo domé,
obediente entrega en el centro de velas,
húmeda cópula de sangre y venas,
espasmos y orgasmos cuando te tomé.
Nada es lo que parece, pues hasta el más romántico de los hombres tiene su lado oscuro.
A la luz de la luna tu cuerpo domé,
obediente entrega en el centro de velas,
húmeda cópula de sangre y venas,
espasmos y orgasmos cuando te tomé.
La ténue luz del alba se colaba entre las cortinas reflejando bellas sombras sobre nuestros cuerpos desnudos. Todavía dormías, como un áng...
Un cálido encuentro...
ResponderEliminarUn placer ardiente.
Eliminar