Con tus ojos callaste lo que mi boca rogaba.
Con tu lengua buscaste lo que mi cuerpo te daba.
Con tus manos rozaste, cogiste, moviste, lo que mi excitación
mostraba.
Con tus labios hiciste que me derramara.
Nada es lo que parece, pues hasta el más romántico de los hombres tiene su lado oscuro.
Con tus ojos callaste lo que mi boca rogaba.
Con tu lengua buscaste lo que mi cuerpo te daba.
Con tus manos rozaste, cogiste, moviste, lo que mi excitación
mostraba.
Con tus labios hiciste que me derramara.
La ténue luz del alba se colaba entre las cortinas reflejando bellas sombras sobre nuestros cuerpos desnudos. Todavía dormías, como un áng...
Caballero que da placer también debe recibirlo él...
ResponderEliminarEn la reciprocidad está el máximo goce.
Eliminar