Y cuando te asomaste al precipicio, un sutil empujón nos hizo caer
en el abismo del placer.
Nada es lo que parece, pues hasta el más romántico de los hombres tiene su lado oscuro.
Y cuando te asomaste al precipicio, un sutil empujón nos hizo caer
en el abismo del placer.
La ténue luz del alba se colaba entre las cortinas reflejando bellas sombras sobre nuestros cuerpos desnudos. Todavía dormías, como un áng...
Hay abismos donde es un placer caer acompañad@...
ResponderEliminarEsos son los mejores precipicios para asomarse, y caer de la mano.
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