Con tu generosidad liberaste mi alma, abriste mi vista, alcanzaste
mi piel, tomaste mi cuerpo. Me abandoné a ti.
Nada es lo que parece, pues hasta el más romántico de los hombres tiene su lado oscuro.
Con tu generosidad liberaste mi alma, abriste mi vista, alcanzaste
mi piel, tomaste mi cuerpo. Me abandoné a ti.
La ténue luz del alba se colaba entre las cortinas reflejando bellas sombras sobre nuestros cuerpos desnudos. Todavía dormías, como un áng...
Dichosa generosidad que consigue tales privilegios...
ResponderEliminarLa generosidad siempre es recompensada.
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