¿Siesta? Desnudo e impaciente espero.
No tardes, no me desveles.
Monta tu potro alegre.
Ya dormiremos serenos
después de satisfecho el celo.
Nada es lo que parece, pues hasta el más romántico de los hombres tiene su lado oscuro.
¿Siesta? Desnudo e impaciente espero.
No tardes, no me desveles.
Monta tu potro alegre.
Ya dormiremos serenos
después de satisfecho el celo.
La ténue luz del alba se colaba entre las cortinas reflejando bellas sombras sobre nuestros cuerpos desnudos. Todavía dormías, como un áng...
Una provocadora insinuación...
ResponderEliminarUna placentera opción.
Eliminar