Ávida por libar mi néctar, en tu desesperación olvidaste los más
elementales modales.
Nada es lo que parece, pues hasta el más romántico de los hombres tiene su lado oscuro.
Ávida por libar mi néctar, en tu desesperación olvidaste los más
elementales modales.
La ténue luz del alba se colaba entre las cortinas reflejando bellas sombras sobre nuestros cuerpos desnudos. Todavía dormías, como un áng...
Cuando el deseo llama el pudor no encuentra lugar...
ResponderEliminarLas vergüenzas se pierden cuando aparecen las ganas.
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