Caliente despierto
al calor de tu cuerpo.
Caliente me siento
al rozar tu piel.
Caliente y ardiente
de tus muslos fiel.
Caliente me tienes,
caliente y salido.
Caliente te ofrezco
la miel de mi Olimpo.
Nada es lo que parece, pues hasta el más romántico de los hombres tiene su lado oscuro.
Caliente despierto
al calor de tu cuerpo.
Caliente me siento
al rozar tu piel.
Caliente y ardiente
de tus muslos fiel.
Caliente me tienes,
caliente y salido.
Caliente te ofrezco
la miel de mi Olimpo.
La ténue luz del alba se colaba entre las cortinas reflejando bellas sombras sobre nuestros cuerpos desnudos. Todavía dormías, como un áng...
Una ardiente confesión...
ResponderEliminarUn ardiente deseo.
Eliminar