Hay días en que me apetece que me
hagas tuyo. Que me busques, que me agarres sin contemplaciones, que te dejes de
sutilezas cuando los dos nos sentimos animales en celo, cuando huelo y busco tu
sexo, húmedo e intenso, para lamerlo con desesperación, cuando mi verga
hinchada busca tu cuerpo, cuando me siento como ese semental que quiere montar
a su yegua. Salvajes y animales, instintivos y ardientes, poseídos por el
embrujo de la excitación mayúscula.